El riesgo de soñar

A veces sucede que una certeza se instala en el corazón… Así, sin darnos cuenta, sentimos que no podemos acallarla, que no podemos esconderla… Aunque el precio a pagar sea muy alto, aunque la prudencia se oponga, aunque implique cambiar radicalmente nuestra vida, aunque vuelen por el aire nuestras expectativas, nuestras seguridades…

Eso sucede a veces, eso le sucedió a Hermanita Magdalena hace 76 años. Era un 26 de julio de 1946. Ella había ido en peregrinación a la Sainte Baume: una gruta ubicada en una montaña donde la tradición indica que María Magdalena pasó sus últimos años.

En ese momento Hta Magdalena tuvo la certeza de que la Fraternidad de las Hermanitas de Jesus debía extenderse al mundo entero y hacerse « universal ». Esto implicó para la hta. Magdalena un sacrificio inmenso. Hasta entonces, ella había vislumbrado que la fraternidad estuviera dedicada exclusivamente a los pueblos musulmanes.

Quizás no haya sido casual que esa certeza le haya sido revelada cerca de María Magdalena… Ella misma se había dejado llevar al encuentro de los apóstoles para invitarnos a vivir como herman@s y para decirles que sería en Galilea donde encontrarían al Maestro.  Ahora es hermanita Magdalena la que viene a invitarnos a habitar las Galileas más variadas y dispersas por el mundo para encontrar allí al Señor, para encontrarlo en su pueblo…

Quizás también a ti te haya sucedido algo similar… Quizás también tú arriesgaste todo por un sueño, por un fuego que hacía arder tu corazón y lo expandía a las dimensiones del infinito… Quizás te está pasando ahora y tu vida está a punto de transformarse…

A mí me sucedió una vez, cuando descubrí en mí ese deseo infinito de vivir mi vida por Jesús, con Jesús y en Jesús haciendo parte de un pueblo pobre, vulnerable y amante… Aún hoy, cuando me dejo alcanzar por la Ruah/Espíritu y dejo que sacuda mis seguridades y mis rigideces…  me sigue sucediendo…

Hta. Adriana