Nunca es demasiado tarde para hacer realidad nuestros sueños. Tras toda una vida transcurrida en Brasil, la hermanita Miren regresó a Francia. En medio de este hecho conmovedor encontró la oportunidad de desarrollar nuevos dones: empezó a tomar clases de dibujo.
Pasé toda mi vida en Brasil y no fue fácil volver a adaptarme en Francia, ¡pero el Señor puso en mi camino hermanitas que me ayudaron mucho! En esta última etapa de mi vida, me siento acompañada.
No hace mucho pude por fin cumplir un sueño: desde niña había deseado aprender a dibujar y pintar, pero me había sido imposible. Había guardado este deseo en lo más profundo de mi corazón durante toda mi vida y al poco tiempo de llegar aquí pude hablar de ello. Animada por las hermanitas de mi comunidad, encontramos la manera de hacerlo realidad.
Así empecé a ir una vez por semana a un taller de pintura organizado por el municipio de Aix en Provence. Esto me ha dado mucha alegría y equilibrio para la nueva etapa que poco a poco voy descubriendo y acogiendo. Estoy contenta de poder ofrecer estos cuadros sencillos en ocasiones «especiales» a hermanitas y amigos.
A medida que pasan los años, me siento cada vez más limitada. Necesito saber soltar y aceptar no hacer más lo que siempre he hecho. Siento que soy capaz de vivirlo tranquilamente, en la fe, pues todo aquí me ayuda: ¡tenemos una vida adaptada a nuestras edades, nuestras fuerzas, nuestros dones y nuestras aptitudes para ponerlas al servicio de la vida!
Hta. Miren


