Cantar las maravillas del Señor hasta en la última etapa de la vida, es posible. A sus 81 años, la hta. Anne-Augusta se maravilla con lo cotidiano y nos transmite su alegría de vivir. El fin de la vida se está anunciando, es una realidad de la que no puedo escapar. Intento adaptarme a ella… […]
Envejeciendo, aun fructifica
