“El deseo te da la capacidad”, y es este deseo, del que hablaba san Agustín, el que nos ha habitado durante los días que hemos pasado juntos.
A principios de julio nos reunimos en el norte de Italia 22 hermanos y hermanas de la familia espiritual de Charles de Foucauld. ¡Qué regalo pasar unos días juntos para poder profundizar sobre nuestra vocación! Las jornadas estuvieron marcada por momentos intensos de oración, trabajo personal, talleres sobre la vida religiosa … así como por la alegría de cada encuentro personal. Ha sido una ocasión para conocernos y crecer juntos.
La hna. Gemma Simmonds CJ nos acompañó con dinamismo, calidez y una buena dosis de humor. Reflexionamos, trabajamos y compartimos a partir de una síntesis de las aportaciones de todos los religiosos y religiosas al proceso sinodal. Nos impresionó la unanimidad de las aportaciones del mundo entero sobre algunas cuestiones eclesiales vinculadas a la vida religiosa hoy. Se resalta con claridad que algunas estructuras deben cambiar: el rol de las religiosas, los entornos que favorecen los abusos, la gestión de la responsabilidad y del poder, ect. Junto con nuestros hermanos y hermanas religiosos, también nosotros soñamos y buscamos la manera de “crear un ambiente acogedor, dialogante, abierto”. ¿Cómo podemos vivir nuestra espiritualidad de modo totalmente humano? ¿cómo ser hermanos y hermanas?
Un elemento fundamental para construir una fraternidad auténtica es la reconciliación, sea en nuestra vida personal que comunitaria. Durante el trabajo en grupos profundizamos un texto del PRG (Grupo Paz y Reconciliación). Vivir una vida de reconciliación significa formar parte de la obra de Dios. Comienza con nuestros pequeños desafíos cotidianos, per que forma parte de una dinámica cósmica: ¿cómo acoger una hermana que es muy diferente de mí, cómo no reaccionar airadamente cuando me siento atacado, cómo mantener una escucha atenta? Sr Gemma nos invita. “Abre los ojos y los oídos, sé consciente a las circunstancias de los demás, conocidos o desconocidos, acoge y déjate acoger.” Como escribe el papa Francisco en la Evangelli Gaudium §270 : “Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás. Espera que (…) aceptemos de verdad entrar en contacto con la existencia concreta de los otros (…). Cuando lo hacemos, la vida siempre se nos complica maravillosamente”.
Pero, ¿cómo conseguirlo? ¿nos atrevemos a correr el riesgo de que nuestras vidas se vuelvan complicadas y maravillosas contemporáneamente?
“El deseo os da la capacidad”. Reconociendo lo acertado de esta frase, miramos al futuro con una confianza renovada.
Hta. Myriam Johanna









